Olvidar es una función tan importante para la memoria como recordar

2019

“Todas las fotografías son memento mori [...] Una fotografía es a la vez una pseudopresencia y un signo de ausencia. Como el fuego del hogar, las fotografías —sobre todo las de personas, de paisajes distantes y ciudades remotas, de un pasado desaparecido— incitan a la ensoñación.” - Susan Sontag

Sobre la serie

Si, cuando pretende, la fotografía documenta es porque hay un objeto por documentar y del cual apropiarse. Tanto la apropiación, como la fotografía, son actos violentos y fatales. Lo que era un objeto, se convierte en un arma, o, como en el caso de Olvidar es una función tan importante para la memoria como recordar, un recuerdo. 

Pero, ¿cómo documentar la ausencia? Para lograrlo, se requiere de una sensibilidad narrativa, porque las ausencias crean nostalgia y especulación. Primero tendría que haber algo, y después retirarlo, pues, por sí sola, la fotografía del objeto ausente dificulta la apreciación interpretativa; sólo representa lo que ha sido, y que ha sido, pero no lo que es, ni lo que será.

He aquí el reto: ¿cómo fotografiar —y representar— un objeto que ya no es lo que era, y que aún no sabemos lo que será? Los objetos seleccionados —un libro, una tarjeta del metro, unos lentes— ya no son parte de la parafernalia de una relación amorosa, sino de un recuerdo. En el proceso del revelado no apliqué el líquido fijador que hace que la imagen permanezca en el papel. El resultado es que, con el tiempo y la exposición a la luz, las imágenes van desapareciendo, acelerando el proceso del olvido, pero también del recuerdo.

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